El dilema del reo
Ocultas
están las llagas mudas,
las que más duelen
nunca cicatrizan,
reposan atrapadas
como lágrimas
que sangran
en lodazales
de amargura turbia,
ahora secarrales eternos
rodeados de zarzas hostiles
y alimañas.
Antiguos lagos cristalinos
llenos de vida
elucubrados
por espejismos,
depredados por el miedo
que se carga
marcando la derrota
que va quedando atrás,
tan cercana como siempre
bien engrilletada
y la nada en el horizonte,
solo desierto
de abrasador olvido eterno.
De nada vale la ira
ni el llanto
ni pedir perdones,
al odio y al resentimiento
les es sordo.
Es la tragedia que aguarda
a las bestias románticas
que deliran imposibles
cuentos de amor.
Se devoran
entre la furia impía
y la devastación
de su cautiverio eterno.
Foto y poesía:
maximenendez