Y se fue ¡Mira, mira!, son las nubes las olas del mar reflejos de unas en otras
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Reflexiones, 251 a 255
Reflexiones, 251 – 255 251.- El desarrollo del intelecto humano y de su cerebro ha sido constante desde nuestros ancestros hasta ahora, pero de manera enormemente lenta desde un momento dado; digamos, que si un niño egipcio de la era faraónica fuera trasladado a nuestro tiempo de forma mágica, conviviría sin apenas o ninguna diferencia de capacidad intelectual con el resto de nosotros, estudiaría, aprendería álgebra, pintaría cuadros, compondría música…, incluso con los que habitaron mucho más atrás en el tiempo, salvo quizá por alguna diferencia morfológica.
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Reencuentro y hojarasca
Reencuentro y hojarasca Presentía, yo te presentía
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Reflexión de carácter extraordinario advenida un diez de noviembre
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Reflexiones, 246 a 250
Reflexiones, 246 – 250 246.- A base de insistir se consiguen los propósitos. Eso es lo que a todos nos han inculcado de pequeños y no tan pequeños.
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Desde lo más profundo.
Desde lo más profundo En el oscuro cielo habita la lluvia
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Reflexiones, 241 a 245
Reflexiones, 241 – 245 241.- Quizá el mayor logro que un individuo puede alcanzar, es la capacidad de sentir y admirar la belleza.
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Dulce.
Dulce Me muero por ver tus ojos en la penumbra,
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Reflexiones, 236 a 240
Reflexiones, 236 – 240 236.- El servilismo, es algo arraigado en muchos, y además es una herencia difícil de superar para amplios colectivos sociales que sufren endogamia intelectual. 237.- Los regímenes autoritarios, son reservorios de clasismo, y la pleitesía puede durar generaciones. 238.- En los casos más dolosos de sometimiento, es habitual caer en la lisonja más absurda y recalcitrante, al igual que ocurre con el síndrome de Estocolmo. 239.- Hoy, cuando la cultura, la meditación, la contemplación, el arte, y el acto de cuestionar los principios, se socaban sistemáticamente con modelos educativos tutelados por ideas clasistas heredadas, caminamos irremediablemente hacia la mediocridad; y en el peor…
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Los inicuos cabalgadores.
Los inicuos cabalgadores Allá se acercan galopando desbocados,