Pena y gracia
Ser leve
como un suspiro,
valiosa
como una lágrima
que pende y cae;
qué sería de mí
sin ti.
Y me sostengo porfiado,
al aire
al hierro ardiente
al filo,
derrumbado
por ti,
qué no haría yo
por ti.
Lágrima que pende
lágrima que cae
para llenar la nada
y renegar del olvido.
Luz
haz brillar las estrellas
en el profundo mar,
que fluyan a las ágoras
los versos,
que se llenen
que desborden
para escuchar el redoble
de las trompetas naufragadas,
que emergen tercas
del silencio más hondo
exhalando sus notas
y suplican perdones;
cantos irredentos
de partituras ya cenizas,
anhelos destemplados
de glorias ausentes,
perdidas,
siempre y solo;
prisionero eterno
entrelazado
contigo.
Lágrima que cae
redimida
hacia el infinito,
mecida
por vientos suaves
y rumbo cierto.
Foto y poesía:
maximenendez